MI FILOSOFÍA

Mi experiencia como deportista amateur me ha enseñado que mi profesión tiene una relevante importancia para ayudar y mejorar el rendimiento del deportista al estar muchas veces en el otro lado.
Os explicaré con un ejemplo que me gusta poner: en el supuesto de que comparásemos el cuerpo humano con un coche, diríamos que los pies son las ruedas, el calzado deportivo los neumáticos y el corazón el motor.
Los pies, como las ruedas, tienen la función de contactar con el suelo para dar estabilidad, amortiguación e impulso al cuerpo humano. El pie es el elemento anatómico que nos relaciona con el suelo ya menudo hace de intermediario entre las compresiones que recibe desde arriba en sentido descendente: rodilla, cadera, columna, y desde abajo en sentido ascendente: la respuesta del terreno.
Cuanto mayor sea la capacidad del pie para adaptarse a la tensión recibida por estas fuerzas de igual dirección pero de sentido contrario, mejor será su rendimiento deportivo.
Al mismo tiempo deberemos tener en cuenta el terreno por el que nos moveremos para determinar el tipo de "neumático" que pondremos en nuestras "ruedas". Es decir, tendremos que elegir el calzado deportivo más adecuado al tipo de terreno. Elección clave para prevenir las lesiones que se podrían derivar.
Mi trabajo aporta bienestar, confort, salud y rendimiento. Y recordaros que el deporte aporta valores inherentes a la vida. Como no tirar nunca la toallas. Aprender a ganar y que perder. A luchar contra los problemas y adversidades tanto a nivel deportivo como a nivel personal.Saber de dónde venimos y dónde vamos. Y siempre seguir el camino para llegar, sin olvidar las raíces, ni toda la gente que en silencio ayuda a hacer realidad el reto que nos proponemos.
He tenido la suerte de llegar a trabajar en lo que más me gusta, siguiendo mi vocación: la podología. Y como podólogo deportivo me dedico a lo que francamente me fascina: la biomecánica del pie.